viernes, 5 de marzo de 2010

Jesús, el pan de vida



PRÉDICA: JUAN 6:51-58

Hermanos y hermanas para entender los versículos que hemos leído, sobre que Jesús es el pan de vida, tenemos que primero rescatar el contexto con que fue escrito.

El evangelio de Juan esta escrito para una comunidad que enfrentaba muchos conflictos en su vivencia como comunidad cristiana, hostigamientos por los judíos, inestabilidad por parte de los que reconocían a Jesús pero en secreto, con los gentiles y samaritanos y con ideologías o pensamientos que pretendían distorsionar el mensaje de Jesús. Es por ello que Juan al escribir este evangelio tuvo como propósito de fortalecer la fe de los cristianos, para que ellos puedan continuar firmemente en su misión de testigos de Jesucristo, hijo de Dios y única fuente de vida plena.

Ahora bien, es así que en el relato que acabamos de leer, Jesús quiere mostrarles esa verdad, pero no solo en esos textos sino en todo el evangelio. Nuestro Señor en cumplimiento de su ministerio, realizó muchos milagros, sanó enfermos, resucito a muertos y alimentó a más de cinco mil personas, y es en ese contexto que muchas personas lo seguían, y era obvio, lo seguían por el bienestar que causaba ¿y solo por eso?

Así es hermanos y hermanas, Jesús les dice en unos versos antes del texto leído, en el verso 26 y 27:

“De cierto de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que permanece para vida eterna, la cual os dará el hijo del hombre, porque a este señaló Dios, el Padre”.

Yo haría una pregunta: nosotros ¿por qué seguimos a Jesús? ¿Por qué de él obtenemos paz y bienestar, porque nos sana de nuestras enfermedades, porque nos da trabajo, porque está de moda seguir a alguien, porque nos da prestigio el decir que somos cristianos y por ello nos respetan, porque nos da cosas materiales, porque no hay otra persona que nos acepte como somos? Quizás ahí esta el problema, el por qué seguimos a Jesús, y es por ello que no hay un compromiso mas fuerte o convincente? Quizás solo queremos algo de él y nada más.

Aquella multitud quería cambiar el modo de pensar, y le preguntan al Señor como hacer la voluntad del Padre, y Jesús les responde que creyeran en aquel que Dios ha enviado, pero ellos contestaron ¿qué señales él hacía como para creer en el, ya que sus padres comieron el mana del cielo en el desierto. Jesús le responde que moisés no les dio pan del cielo, sino su Padre os dará el verdadero pan del cielo, porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da su vida al mundo. Y es alli donde Jesús les dice en el verso 35: “Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mi cree no tendrá sed jamás.”

Cuanto de nosotros hermanos y hermanas, creemos que Jesús es el pan de vida, que no importando de lo que nos puede ofrecer le seguimos por amor a su nombre, por aquella verdad, que él es el Cristo, nuestro Salvador, que nos da la vida eterna.

Jesús les hace recordar que ese pan que sus padres comieron en el desierto no prevaleció, sino que murieron. Es Jesús el pan que descendió del cielo, que cualquiera que comiera de él vivirá para siempre. Y el pan que él da es su carne la cual la dará por la vida del mudo.

Ahora ¿qué nos hace recordar cuando Jesús dice: “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna…”? ¿Qué acto en nuestra liturgia nos hace recordar estas palabras? Así es hermanos, en la santa cena, cuando Jesús tomo el pan y dijo: “tomad, comed este es mi cuerpo que por vosotros es dado. Haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó la copa y dijo: “bebed de ella todos, esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros.” y ¿qué representa este acto? Así es hermanos y hermanas el sacrificio de Jesús en la cruz del calvario.

Lo que Jesús quería es que creyeran en él, como el dador de vida eterna a través de su sacrificio, el dar su vida por el mundo entero, “El Pan de vida eterna”. No hay otro camino que nos pueda dar esa vida plena. Esta es la base de nuestra fe, en creer que nuestro Señor Jesucristo dio su vida por nosotros para salvarnos de la muerte eterna.

Ahora hermanos y hermanas que haremos con esta vida eterna que el señor nos ha dado, ¿solo lo dejamos como confesión de fe solamente?

De ese sacrificio de Jesús, Juan también lo menciona en su primera carta, en el capitulo 3:16:
“En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; También nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos”

Lo interesante de este texto es que después de que Jesús da su vida por nosotros, extrae como consecuencia que también nosotros debemos hacer lo mismo, dar la vida por nuestros hermanos.
Un teólogo latinoamericano Juan Luis Segundo comenta en su libro “¿Qué mundo? ¿Qué hombre? ¿Qué Dios? sobre este texto en la primera carta de Juan:

“En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; También nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos”

"Juan no está pensando, entonces en una cruz materialmente considerada, sino en toda actividad de Agape en que el hombre da parte de su existencia, tiempo, preocupación, energías, sufrimientos, para aliviar cualquier dolor que aflija a los hermanos. Si ello fuera así, no habríamos conocido el amor únicamente por la cruz, sino por toda la vida entera de Jesús en su historia humana, donde asumió, hasta el fin, la causa de los pobres y necesitados".

Que nos quiere decir Juan Luis segundo que no solo el amor del Señor se mostró únicamente en el acto del sacrificio de la cruz sino en toda su vida como ejemplo para los demás, no basta reconocer su sacrificio por nosotros y que nos haya dado vida eterna para luego quedándonos con los brazos cruzados disfrutando de ese amor, sino que debe haber una consecuencia, el que nosotros debemos mostrar ese amor del Señor Jesús a nuestro prójimo y apostar por el proyecto de nuestro Dios.

TESTIMONIO : Conocí al Señor a los 8 años de edad en la Iglesia ejercito de Salvación en el Callao, una comunidad militante, con uniforme como de militar permanente, parecido al de la marina del Perú. Su fundador fue William Booth, predicador y reformador británico. La forma de evangelizar era distinta.

William Booth dijo:

  • Llevar el evangelio de salvación con una mano.

  • Llevar una vida plena en el Señor en la otra mano, no por separado.

  • Se trabajaba con niños de asentamientos humanos otorgándoles estudios, desayunos, almuerzos y lonches calientitos por el frío.

  • Se les daba hospedaje a hombres que no tenían donde vivir, y se les daba trabajo.

  • También se les daba hospedaje a mujeres maltratadas y abandonadas, y se les enseñaba tejido y costura para sus ventas.
Es así que trabajé por 10 años con ese pensamiento.

Me mostraron ese pan de vida eterna, pero también una vida plena e integral.

Hermanos y hermanas ¿Qué nos demanda nuestro Dios para con nuestro hermano? ¿Qué nos pide Dios para con el prójimo? En su palabra nos lo dice claramente, en Isaías 58:6-7: sobre el verdadero ayuno.

“El ayuno que yo escogí, ¿no es mas bien desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, dejar ir a los quebrantados y romper todo yugo? ¿No es que compartas tu pan con el hambriento, que a los pobres errantes albergues en casa, que cuando veas al desnudo lo cubras y que no te escondas de tu hermano?

También en proverbios 14:21: “Peca el que menosprecia a su prójimo, pero el que tiene misericordia de los pobres es bienaventurados”

En Isaías 1:17 “Aprended haced el bien, buscad el derecho, socorred al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda”

Y el segundo y mas grande mandamiento que se encuentra en Mateo 22:39 “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” porque como dice en Oseas 6:6 //“Misericordia quiero y no sacrificios”//

Hermanos y hermanas no seamos indiferente con el llamado del Señor hacia nuestras vidas, debemos cumplir con lo que él nos demanda, reflejemos esa vida plena en Dios a los demás, otorgando su amor, misericordia, bondad y salvación; que construyamos un mundo mejor, donde reine su poder, majestad y voluntad.

Que el Señor nos ayude a ponerlo en práctica, y reflejar esa vida en abundancia aquí en nuestro mundo. Amen.


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